Relato corto de Un mundo nuevo: Construyendo una ciudad


En un amanecer, tres comandantes, de las cinco comandancias, estaban reunidos junto al pescador, Juan, luciendo su barba con algunas canas que escondía una papada en formación, ojeras, nariz rechoncha, vistiendo una ropa similar a la de los artesanos, con pantalones de color natural holgados, a diferencia de los funcionarios de confianza de Andrés, que vestían las típicas gorras negras similares a los de un alférez, pantalones más adornados en las uniones a cada lado de la pierna, un poco más ajustados, de color negro, con una camisa de lino, un manto negro y un collar, el de mayor confianza, llevaba uno con un adorno dorado, además de sus típicas ojeras, libros y pergaminos, salvo que esta vez llevaban mapas. Los comandantes a diferencias del resto, llevaban una especie de borceguí antiguo y el resto mocasines, todos hechos con una suela de diferentes materiales, pegados bajo presión con resina de árboles, del lugar y cocidas para endurecerlas. En el borceguí de Andrés, se lucía una piel de color claro, en las puntas, con las botas teñidas de negro, con los hebillas de bronce, su típica camisa de lino mal abrochada, saliendo del pantalón sostenido por su cinturón con adornos de plata y un cuchillo con mango de hasta de ciervo a la derecha, chaleco verde con adornos amarillos, sus anillos, collar con diente de wyvern y su boina, de cuero negro, con una pluma.

Andrés, agradeció por su visita, cuándo entro por último acompañado de su escolta, vistiendo petos, casco con buena visión que había diseñado el propio Andrés, usando la hidráulica para fabricarlos en serie, su edecán llevaba un collar sobre el peto, con la insignia de un escudo, un águila, sobre una espada y unas hojas a cada lado, junto a su aprendiz, de 12 años, que vestía ropas de color bordó, con un gorro de lana y la insignia de su casa, llevando algunos pergaminos. Su hermana mayor le seguía, vistiendo una especie de túnica que había diseñado a regañadientes y ha pedido, del padre adoptivo de Andrés, para ocultar su voluptuoso escote, y evitar así problemas, como el que llevó a su padre a luchar un duelo y terminar con una cicatriz en la mejilla, unos pantalones más holgados que el resto, botas de cuero con hebillas, su cabello castaño claro trenzado a un lado y brazaletes de bronce, aunque ella prefería usar, las pulseras de cuero y cuentas, seguido de otro joven, que llevaba una maqueta de barco, similar a una goleta, bastante grande, de escala 1:72 o quizás 1:100.

Comenzó por explicar, en dónde estaban en el mapa, a los artesanos que nunca habían visto uno. Este a diferencia de otros, estaba hecho con suposiciones de física, hechas por la hermana de Andrés, impreso sobre una hoja artesanal, a duras penas blanqueada y dibujada con pluma, con tinta hecha de corteza hervida y carbón, además de tener los íconos impresos, a modo de sello. Eso fue algo que los bibliotecarios, apreciaron, ya que no deberían de perder el tiempo, dibujando y podrían tener más copias, evitando perder gran parte de la información.

El verdadero mapa de la zona, aún necesitaba que las huérfanas, consiguieran terminar de crear el papel, para luego crear las cuadrículas, conseguir el lente de las estaciones de agrimensura, aunque ella tenía dudas, al usar la radio y el rebote de las ondas, en la ionósfera, conseguirían obtener una cuadrícula, partiendo de la antena emisora, su principal problema, eran las dos lunas, que la volvían loca, con las mareas y otras cuestiones del clima, muy importantes para la agricultura. Comenzó a crear y redescubrir, las formas de obtener algo, con computadores mecánicos y en ocasiones, persiguiendo a Andrés. Cuándo perdía la paciencia, por la falta de fondos, lo seguía sin la túnica, a los ojos de los demás, era como verla en ropa interior y algunas ancianas al principio, se desmayaban o entraban en pánico, un momento fortuito, que Andrés usaba, para delegar la función a uno de sus hombres, que llamaba a su esposa o su hija, mientras la dejaban esperando, gritando las razones por las cuales necesitaba el dinero. Su padre, se asemejaba, solo que se dedicaba a lo militar, eso lo volvía más apocalíptico a los ojos de los demás, luego comenzaron a confiar en él, al crear cosas que le salvaron las vidas y defendieron sus tierras, del ataque de los soldados del norte, como por ejemplo, las jabalinas de la infantería de campesinos, que fueron equipados con mazas, de fundición artesanal y eran rudimentarios, algunos de los primeros cinco mosquetes y dos cañones, que usaron metralla, ambos eran desplegados, en carros de guerra, similares a los husitas, protegidos a los flancos por piqueros y luego la infantería con jabalina, escudo y maza.

Al tener pocos recursos, Andrés debió requisar las ollas de bronce, para crear las mazas. Al llevar a la población, a la seguridad del castillo, en donde guardaban las armas y aguardaban, las tropas más profesionales, que no superaban las 200 personas. Algunas mujeres, fueron reclutadas, para cocinar, otras para tejer las armaduras más rudimentarias de cuero, además de hacer bolsos y cosechar las verduras, que plantaron cerca del castillo.

Al principio, las casas fueron creadas, con un loteo, pensado para crear una segunda y tercer línea de defensa, además de dejar espacio en las huertas, para que los piqueros crearan una zona de muerte. Los callejones de cierto modo, beneficiaban a los maceros. En el exterior, los pozos eran cavados lo más rápido posible, por algunos huérfanos de 13-14 años, los mendigos que trajeron desde la isla, cuándo buscaban mano de obra y algunas mujeres, que guiaban las pocas mulas que tenían. Los más pequeños, iban delante, clavando una estaca en el suelo, pisando una saliente, luego tomaban del extremo más largo de la horqueta, haciendo que esta se moviera hacia delante y retiraban para aflojar la tierra, luego daban un paso hacia atrás. Le seguían, algunas personas, que tiraban del arado, para dar vuelta la tierra y luego otro grupo más, con sacos y palas, para retirar la tierra y tirarla a un lado, para que crearan ladrillos con prensas improvisadas, con bueyes y pesas de roca, que convertían el barro, en ladrillos de adobe. Luego otro equipo con horquetas ablandando un poco la tierra para no cansar antes al buey y romper el filo del arado, unos metros más adentro, para volver a retirar otra capa más de tierra y así sucesivamente, creando un círculo, con una muralla de varios metros de ancho. Dentro había otras partes de tierra, destinadas a crear huertas. Dejaron de lado las casas, para plantar raíces y hojas comestibles. La idea era obtener un sustento, dentro de los 15 días y evitar consumir el poco grano que tenían, eso también incluía los brotes, que solía preferir Sofía, la hermana de Andrés. No tuvieron tiempo, para hacer muchos cambios, pero debían de obtener varias formas de crear desagües, el problema fue el foso, debido a la inclinación, aunque ese fue un buen momento, para que las huérfanas de Sofía, se lucieran creando mapas topográficos, realmente rudimentarios.

Muchos no entendían, que debían tirar los excrementos para evitar infecciones, en las zanjas tapadas con la corteza de la madera o con lajas de piedra, eso era un problema a los ojos de varias personas, que comenzaron a entender las enfermedades. Con el paso de los días, también comenzaron a mejorar varios baños públicos, cercanos a los comedores, que estaban en la parte más cercana a la muralla. Las tiendas, fueron dejando de ser una, para ser una especie de fortaleza, con el pozo en medio, que juntaba el agua de la lluvia. Los aldeanos, terminaron agradeciendo a Sofía, debido a que las huérfanas terminaron explicando quien fue en verdad, quien ordenó filtrar y hervir el agua, de los pozos, para evitar problemas, al tener a las personas de ese mundo, con la costumbre de tirar los excrementos en las calles.

De esas lecciones, en dónde estaba el castillo más grande, de ese golfo, mirando a Meldia, con un río al sur, era dónde habitaba ahora mismo Andrés y su familia, la casa al norte, era de Vanessa, quien se casó con Andrés, debido a las deudas, este tenía una buena exportación de sogas, así que pudo comprar esas tierras y dejar las tierras de su padre adoptivo, al sur de Meldia, debido a que este también accedió a eso, además de encargarle su hija bastarda y a su madre, la ama de llaves.

Cuándo Andrés llegó, desplegó el mapa y fue directo al objetivo de la reunión, mostrando rápidamente, lo que necesitaban. Estaban rodeados, tarde o temprano el príncipe entendería cómo funcionaba el mundo y miraría a sus tierras, para colonizar, lo que él había comprado, tenía un mejor ejército al final de cuentas. Lo que más le preocupaba, eran las leyendas de hombres mitad todo, que avanzaban rumbo norte. Al sur, necesitaban una comandancia, al oeste, al sur del río y oeste del bosque, si es que llegaban a ser tan reales como un wyvern, debían ser detenidos y lo más probable, es que avanzaran por las praderas y no por los bosques. Las banderas marcaban lugares que debían ser explorados y luego defendidos con puestos de avanzada. Había comenzado a marchar tierra dentro, para crear una defensa en profundidad y esconder el progreso, si algún representante o aliado de la corona llegaba, debía de perder inmediatamente el interés, al ver la típica torre, desde el puerto, sin ningún cambio, era la opción más sensata, el dejar que crean de que Andrés, había malgastado la fortuna, en crear cosas para defenderse de los Benevento, en la primera anterior, si tenían suerte malgastaría algunos recursos, antes de fallar y perder el derecho a habitar en ese lugar.

La idea era reunir ladrillos durante el invierno, cuándo las personas entrenaban para luchar y defenderse durante el verano. Algunos jóvenes, comenzaron a servir a Andrés en los caminos, cuándo no montaban guardia, estudiaban unos minutos, según el reloj de arena creado y calibrado con un solar. Debieron estandarizar las medidas del dibujo, para obtener una forma de comunicar las formas, tamaño y material de cada pieza. Esos cambios, poco a poco sirvieron para saber si eran los más allegados a los señores y su séquito, quienes crearon y dieron las instrucciones, por los detalles y la precisión de sus órdenes. En las descripciones, estaba el secreto, para saber si el cuero pedido, debía ser usado para las armaduras o para las botas, esa fue la mejor manera, de obtener un secreto y un proveedor, que aparentemente cobraba más, para favorecer a la corona.

Juan, fue quien más se interesó por el barco en miniatura, dejó a un lado al resto, para verlo. Su casco era peculiar, debido a que era más estilizado al frente, en la proa y ancho en la mitad. Lo tomó y comenzó a estudiarlo, dejando al resto con la boca abierta, para Andrés, fue fácil de entender y lo dejó, Sofía ya lo conocía y también lo ignoró, fueron los funcionarios y los edecanes, quienes más se preocuparon por mantener el protocolo durante la reunión, Andrés golpeó la mesa y siguieron. Algunos comprendieron que tenía algo especial, el casco del barco a escala, que Juan intentaba medir, con los dedos, pero lo ignoraron suponiendo que era un secreto militar, algo que hizo que cambiaran de opinión sobre Sofía, quien tenía fama de ser loca, exhibicionista y rebelde, entre los pocos nobles, de la corte de Andrés.

Mientras seguía explicando, mostró el lugar en dónde debían crear los astilleros, al norte de la fortaleza en dónde estaban, mirando al otro mar, al oeste de los bosques, al norte de los pantanos y al sur del río que servía para proteger los astilleros y la vida de los artesanos, además de contar con la madera cercana, mostró los planos, de un fuerte en su desembocadura, para guardar la entrada, en dónde solo quedaban ruinas de la guerra y de las huestes mitológicas, de unos puestos fronterizos. En esa zona, había muchas colinas.

Las piedras que fueron traídas, por el explorador, junto a las pieles, le sirvieron a Sofía para intentar pensar que forma era erosionada. Solicitó piedras de la cercanía a la roca de la montaña o colinas, además de las rocas de colores, de los ríos y de las zonas en donde la herrumbre, podía verse a simple vista. Antes de partir, los había educado a duras penas. Con eso pudo imaginar cómo funcionaban, las mareas y las estaciones de lluvia, aunque pudo entender, de que el viento, variaría debido a los cambios, de las lunas. Según su teoría, debían ser más abruptos que en la tierra y por lo tanto, debían buscar crear puertos, en una zona de un delta, debido a que carecían de maquinaria pesada, para mover la tierra. Esa zona era interesante, debido a que tenía un boque, en medio de dos masas de agua, además de tener colinas y montañas al norte y sur, por otro lado, había un volcán al oeste, en el sur que estaba inactivo, además de eso, ella tenía la impresión, de tener agua a corta distancia del suelo, ya que la vegetación, le hacía pensar de que debían de tener buenos manantiales y el tipo de piedra, porosa, quizás le sirviera para filtrar el agua, de una forma más rápida, aunque no sabía su composición y eso la hacía dudar, ya que podría tener algo que desconociera. La historia de una familia, que intentó irse a vivir del bosque y de la caza, que fueron encontrados muertos después de comer, le hizo pensar de que había grandes yacimientos de minerales, sin embargo a los pobladores, les sirvió para pensar de que eran espíritus. Las leyendas le fueron de utilidad, para saber diferenciar, entre la erosión, la fractura y otras cosas de la naturaleza, de la acción de los seres humanos, para eso tenía a su ayudante, para escribir el material y también, a pedido de los seguidores de Andrés, para cuidarla.

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